Presidente Gordon B. Hinckley, Church News, 4 de mayo de 1996, pág.
2
Me gustaría instar a todo
hombre y mujer... y a todo niño y niña que sepa leer, que
lea de nuevo el Libro de Mormón este próximo año...
No hay nada que podríamos hacer que fuera de mayor importancia que
el que se fortalezca en nuestra vida personal una convicción inquebrantable
de que Jesús es el Cristo, el Hijo Viviente del Dios Viviente...
Ése es el propósito de la aparición de este libro asombroso
y maravilloso.
Presidente Joseph Fielding Smith, citado en “El don de la revelación moderna”,
Liahona, enero de 1987, pág. 81
Ningún miembro de la Iglesia puede contar con la aprobación
de Dios y morar en Su presencia si no ha estudiado con dedicación
el Libro de Mormón.
Presidente Ezra Taft Benson, "Tenemos Que Inundar La Tierra Con El Libro
De Mormón”,
Liahona, enero de 1989, págs.
4–5
Al presente, el Libro de Mormón se estudia en nuestras clases de
la Escuela Dominical y de seminario cada cuatro años; pero los miembros
de la Iglesia no deben esperar cuatro años para estudiarlo individualmente
y en familia, ya que tenemos que leer todos los días las páginas
del libro que ‘acercará más al hombre a Dios por seguir sus
preceptos que los de cualquier otro libro’ (véase Enseñanzas
del Profeta José Smith, págs. 233–234)
Presidente Ezra Taft Benson, “El Libro de Mormón
Es La Palabra De Dios”,
Liahona, agosto de 1975, pág.
45
Todo Santo de los Últimos
Días debería hacer del estudio de este libro una actividad
de toda la vida.