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Análisis Hecho en Clase

34 - Fe En Cada Paso

D&C 136; NL p. 71-77




Lea Aquí La Porción de Escrituras
del Libro de Mormón


¡Bienvenidos a la clase de hoy! Tenemos un hermoso tema para desarrollar hoy. Me hubiera gustado poder presentar el video que la Primera Presidencia  preparó para la Sesión del Domingo por la Mañana de la Conferencia de Abril de 1997. Afortunadamente tenemos el informe de la conferencia. Así que los invito a leer y a recordar (para quienes estuvieron presentes) la jornada heróica de los pioneros mormones.

Fe En Cada Paso:
La Heróica Jornada De Los Pioneros








En una videograbación, la Primera Presidencia visita seis lugares históricos y rinde tributo
a la fe de los pioneros Santos de los Últimos Días.

Liahona, Julio 1987, p. 70-72


Narrador: Presidente Gordon B. Hinckley

La heróica jornada de los pioneros Santos de los Últimos Días comenzó en las riberas del río Misisipí. Aquí, en Nauvoo, habían transformado un pantano en una floreciente comunidad de comercio y hermandad. Pero Nauvoo no sería su destino final; simplemente fue un lugar donde se detuvieron por una temporada.
L
a severa persecución que había expulsado a los santos de Misuri amenazaba nuevamente su vida y su ciudad. El profeta José Smith y Hyrum fueron asesinados en la cárcel de Carthage el 27 de junio de 1844; la vida en Nauvoo llegaba a su fin.
El domingo 1º de febrero de 1846 los santos adoraron en la "Ciudad de José". Al día siguiente, Brigham Young mandó a las familias a prepararse para salir tan sólo con cuatro horas de anticipación.
El éxodo comenzó en medio del extremo frío que hacía en ese crudo invierno; así, muchos de los santos reunieron sus pertenencias y cerraron las puertas de sus viviendas por última vez mientras se dirigían a lo que se encontraba más allá del río y al oeste.
Ahora Nauvoo se encuentra en paz. Las viviendas y los mercados se han restaurado con amor. Ése es el lugar que ejemplifica la industria y el cometido; puedo percibir la valentía y la destreza de los santos mientras edificaban una ciudad para Dios.
¡Cómo se habrían sentido al dejar tanto detrás!, los campos que habían cultivado, los árboles que habían plantado, el templo que habían edificado. Los hombres, las mujeres y los niños abandonaron sus hermosas casas, se subieron a sus carromatos y se dirigieron jacia el río. Allí lo cruzarían y luego marcharían lentamente sobre la tierra de Iowa, mirando una y otra vez lo que dejaban a detrás y que nunca más volverían a ver.
El dejar Nauvoo fue un acto de fe extraordinario, y los pioneros encontrarían muchas dificultades por delante; pero tenían fe en sus líderes, y fe en el Señor y en Su bondad. Fe en que, una vez más, Él guiaría a Su pueblo hacia la tierra prometida; fe en que ellos no desfallecerían. Entonces se dirigieron hacia lo inhóspito; su viaje se distinguió por la fe en cada paso.


Narrador: Presidente Thomas S. Monson, Primer Consejero de la Primera Presidencia

La vía hacia el oeste fue lenta; muchos no estaban bien preparados para la cruel jornada, y las temperaturas heladas, la lluvia incesante y el lodo hasta las rodillas desafiaron hasta el inmigrante más fuerte; se esforzaron por 131 días tan sólo para cruzar el estado de Iowa.
Tal como el ejército de Israel de antaño, ellos tenían su nube de día y su columna de fuego por la noche. Como consecuencia de las dificultades de Iowa surgió el himno que se canta de generación en generación: "Santos venid, sin miedo, sin temor, mas con gozo andad".
Al detenerse en Garden Grove y en Mount Pisgah (región fértil y monte, respectivamente), con el fin de establecer poblados temporarios para aquellos que les seguirían, estos fieles pioneros continuaron avanzando hacia las orillas del río Misuri y se detuvieron temporariamente durante el invierno.
Aquí, en Winter Quarters (poblado), Sión estaba literalmente en el desierto. El presidente Brigham Young organizó a la gente y reunió sus pocos recursos; aun así, a pesar de lo que pudieron hacer, los campamentos se llenaron de enfermedad y de muerte.
Este monumento está ubicado sobre las tumbas de un niño desconocido y de otros siete pioneros. Mi corazón se enternece profundamente al darme cuenta del precio tan alto que tuvieron que pagar estos nobles santos, al responder al llamado del Profeta de abandonar sus casas y de viajar hacia el oeste.
Muchos de ellos se esforzaron y perdieron tanto; en verdad, estos pioneros caminaron una vía dolorosa y un sendero de lágrimas. El viaje había culminado para ellos, pero sus nombres permanecen como testamentos de su amor por la verdad y por la fe en el Señor.




A la izquierda: "LOCALIZACIÓN DE LOS CAMPAMENTOS DE ISRAEL EN WINTER QUARTERS"
A la derecha: "CEMENTERIO DE PIONEROS MORMONES A 1/3 DE MILLA AL OESTE"

Narrador: Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia

Cuando llegó la primavera, en ese abril de 1847, el Quórum de los Doce, bajo la dirección de Brigham Young, eligió con sumo cuidado una compañía de vanguardia y dejó Winter Quarters partiendo con 143 hombres, 3 mujeres y 2 jovencitos; 72 carromatos, 93 caballos, 19 vacas, 17 perros y algunas gallinas.
Entre ese refugio y la promesa de Sión, existía una vasta pradera y la cuenca del fértil río Platte, que fueron su cordón de salvamento mientras se movilizaban hacia el oeste de los Estados Unidos. Al marchar por Nebraska, registraron los kilómetros que recorrieron y viajaron más allá de Chimney Rock (la Piedra de la Chimenea), una formación solitaria que sobresale en la llanura.

En esta tierra salpicada de las plantas conocidas con el nombre de salvias y de remolinos de polvo, los cansados bueyes se movían pesadamente, crujían las ruedas de los carromatos, los hombres y mujeres valientes avanzaban penosamente y, en ocasiones, aullaban los lobos. Aún hoy se hallan las marcas de su paso por el terreno. Los pioneros dejaron el río North Platte y ahora siguieron el Sweetwater, un arroyo que cruzaron varias veces. Cuando acamparon en el redondeado afloramiento llamado Independence Rock, unos pocos de estos viajeros del siglo diecinueve dejaron sus nombres en las rocas de granito. Pasando Independence Rock, los carromatos bordearon la Puerta del Diablo, un desfiladero profundo de la sierra y lugar que se menciona con frecuencia en sus diarios. El camino pronto se hizo cuesta arriba y se volvió más rocoso.


Arriba a la izquierda: Chimney Rock
Medio: Devil's Gate (La Puerta del Diablo)
Abajo: Rocky Ridge






A
quí, en Rocky Ridge (una cumbre rocosa) estamos en terreno santo. Este mismo lugar es uno de los puntos más elevados del camino al oeste. Los pioneros que vinieron sobre esta loma se enfrentaron al desaliento, algunos aun enfrentaron la muerte, mientras penosamente avanzaban cuesta arriba por las afiladas pendientes. Tengo en mi mano un clavo de punta cuadrada y una pieza de metal que se desprendieron de un carromato o de un carro de mano debido al traqueteo. Imagínense enfrentarse a estas cumbres con un carromato; después, imagínense hacerlo tirando un carro de mano ...
Para algunos, la penosa ascensión de Rocky Ridge sería fatal. Las compañías de carros de mano Martin y de Willie, en 1865, fueron atrapadas en tempranas tormentas cerca de esta cumbre; el rescate vino de Salt Lake, pero demasiado tarde: cerca de doscientas vidas perecieron y la fría y profunda nieve.
Aquí, en este lugar denominado Martín's Cove, (una especie de bóveda) se refugiaron muchos pioneros durante aquellos momentos conmovedores y de angustia. Un monumento conmemorativo honra a aquellos enterrados aquí por su fe, mientras confrontaban tan enorme adversidad.
En el esfuerzo heróico de los pioneros de los carros de mano aprendemos una gran verdad: todos deben pasar por un fuego purificador; así, lo insignificante y lo que no es importante de nuestra vida se derretirá, como la escoria, haciendo que nuestra fe se mantega viva, fuerte e intacta. Parece que hubiera mucho dolor, angustia, y a menudo, congoja en todos, inclusive en aquéllos que buscan sinceramente hacer lo correcto y ser fieles. Aun así, éso es parte de la purificación que se requiere para llegar a conocer a Dios.


Narrador
: Presidente Thomas S. Monson


Con las montañas del río Wind en el norte, la ruta pionera cruzó South Pass, el único paso mayor que existía entre las cadenas montañosas y la ruta más directa hacia la Gran Cuenca. Entrando por el norte de Utah, se movilizaron lentamente por el cañón del Eco, un pasaje angosto flanqueado por los acantildos sobresalientes de color rojo.
Este trecho final probaría la poca fortaleza que les quedaba. Adelante se presentaba una escalada sucesión de cerro tras cerro y de montañas en todas direcciones, y el corazón, lleno de entusiasmo por estar tan cerca del final de la jornada, se desalentaba con frecuencia puesto que la gente sabía que había sólo una dirección que seguir: hacia arriba y adelante.
En esta elevada cima a la que llamaron Big Mountain, los pioneros contemplaron por vez primera su nuevo hogar, un valle montañoso resplandeciente en el lejano horizonte. ¡Qué gozo habrán sentido! Los innumerables sacrificios y esfuerzos a lo largo del camino estaban por terminar; se podía ver el Valle del Lago Salado. Aunque en el futuro quedaba mucho por hacer, habían perseverado. Sus pies estaban cansados y
ellos estaban exhaustos debido a la fatiga, pero sus acciones se habían puesto a la altura de su fe.
Big Mountain guarda un lugar especial en mi corazón: un antepasado pionero, Gibson Condie, pasó por esta cima para rescatar a los desamparados pioneros de los carros de mano. Cuando el Profeta lo llamó, Gibson Condie viajó hasta este mismo sitio en el riguroso invierno de 1856: la nieve tenía cerca de 5 metros de profundidad en el camino. Cuán agradecido me siento por este antepasado pionero quien, al dejar la comodidad de su hogar y de su familia, arriesgó su propia vida para ayudar a aquellos que necesitaban ayuda desesperadamente.

(Fotografía: Mormon Flats. Desde ese lugar el sendero subía hasta Big Mountain.
En el paso los pioneros vieron el valle por primera vez)


Narrador
: Presidente James E. Faust


El presidente Young llegó al valle el sábado 24 de julio. Estos pioneros habían venido de tan lejos y dado tanto; el domingo hicieron una pausa para adorar y dar gracias por haber llegado a salvo.
Llegaron "uno de cada ciudad, y dos de cada familia" atravesando un contiente, a una nueva vida en el desierto. ¿Qué otra cosa sino una divina Restauración habría logrado tal empresa y requerido tal sacrificio? Habían caminado con fe, sabiendo que Dios vive y Él sabía adónde los dirigirían esos pasos.
Ahora, en este hogar en el valle, renovaron sus fuerzas para las tareas futuras: había que construir albergues, cultivar la tierra, plantar sus sembrados y construir el templo.




Narrador
: Presidente Gordon B. Hinckley



Elevándose sobre el valle del Lago Salado hay un cerro que tiene la forma de cúpula; Brigham Young la había visto en una visión antes de que los santos salieran de Nauvoo. Había visto un pendón descendiendo sobre el cerro y escuchado la voz de José Smith que decía: "Edifique debajo de este punto y prosperará y tendrá paz".
Apenas llegó al valle, Brigham Young reconoció el cerro de inmediato. En la mañana del 26 de julio de 1847, los hombres que con el tiempo formarían la nueva Primera Presidencia, junto con varios miembros de los Doce, subieron sus pendientes.
Este pequeño grupo de líderes del sacerdocio contempló el valle que había abajo: "Aquí es donde nos estableceremos", dijo el presidente Young, "y en donde el Señor pondrá Su nombre entre Su pueblo".
Mientras ahora estoy de pie en Ensign Peak (la Cima del Pendón) y veo el valle que está abajo, me maravillo por la previsión de ese pequeño grupo. Estos Profetas, vestidos de antaño, con ropas raídas por el viaje, de pie, con sus botas gastadas después de más de 1.600 km, hablaban de una visión milenaria: era algo intrépido y audaz; era casi increíble.
Se encontraban aquí, a más de 1600 km del poblado más cercano del Este y a casi 1300 km de la costa del Pacífico. Se encotraban en un clima que no había sido probado; aquí nunca se había cosechado; no se habían construido edificios de ninguna clase.
Eran exiliados, expulsados de su hermosa ciudad en el Misisipí hasta esta región desértica del oeste; pero posesían una visión extraída de las Escrituras y de las palabras de la revelación: "Y levantará pendón a las naciones, y juntará a los desterrados de Israel, y reunirá a los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra". (Isaías 11:12)
Este gran movimiento pionero de hace más de un siglo continúa avanzando con los pioneros de hoy día. Hoy, la sangre pionera fluye en nuestras venas tal como en aquéllos que caminaron hacia el oeste. La esencia de nuestra valentía es el enfrentar las montañas modernas y nuestro cometido es el avanzar. La fe de esos primeros pioneros continúa ardiendo y las naciones están siendo bendecidas por los pioneros de éstos, los últimos días, quienes poseen una clara visión de esta obra del Señor.
Las huellas que dejaron tan profunda impresión en las planicies de los Estados Unidos dejan impresiones similares en lso países del mundo ... desde Bélgica hasta Brasil y desde Francia hasta las Filipinas. Paso fiel tras paso fiel, caminamos juntos hacia un destino glorioso: edifocar el Reino de Dios en la tierra y preparar la mente y el corazón de la gente de todas partes para que vengan a Cristo, el Redentor y el Salvador del mundo.

Vista desde Ensign Peak



¡Qué impresionante poder meditar sobre las palabras de la Primera Presidencia! Su relato es muy detallado y lleno de enseñanas simbólicas. En su estudio de D&C 136 van a poder ver las indicaciones que el Señor le dió al profeta Brigham Young sobre la manera de organizarse para realizar el éxodo hacia el oeste. Presten atención en los primeros versículos al compromiso que cada persona debía hacer para formar parte de los Campamentos de Israel. (D&C 136:1-4). Para finalizar me gustaría que prestaran atención a otro discurso de la Conferencia del Abril de 1997.

Nada Deben Temer De La Jornada
por el Elder M. Russel Ballard
del Quórum de los Doce Apóstoles
Liahona Julio 1987, p.67-69
La Ruta De La Esperanza
Representa el anhelo universal de toda persona de encontrar un refugio seguro, una comunidad de Santos en la que los corazones estén unidos y prevaleza la esperanza
Una Fe Simple Arraigada En Los Principios Básicos Del Evangelio Restaurado
La fe que motivó a los pioneros en 1847 y a los pioneros de otros países es una simple fe arraigada en los principios básicos del Evangelio restaurado que sabían que verdadera. Eso era todo lo que les importaba, y yo creo que es todo lo que debiera importarnos a nosotros. Nuestra fe debe concentrarse en las verdades fundamentales: que Dios vive, que somos Sus hijos, y que Jesucristo es Su Hijo Unigénito y nuestro Salvador. Debemos saber que Ellos restauraron Su Iglesia sobre la tierra en toda su plenitud por medio del profeta José Smith.
Una Ruta Cerca Del
Agua Fresca De Los Ríos

Así como los pioneros de 1847 que se aventuraron hacia el oeste por una ruta que los mantuvo relativamente cerca del agua fresca de los ríos tales como el Platte y el Sweetwater, debemos seguir y participar del Agua Viva de Cristo para renovar nuestra fe y mantener nuestros esfuerzos mientras recorremos el camino de nuestra vida terrenal.
Recordar Con Asombro El Sendero Que Sólo El Maestro Recorrió
Todos estamos unidos, los pioneros del siglo 19 y los del 20 y muchos más, en nuestra gran jornada para seguir al Señor Jesucristo y permitir que Su sacrificio expiatorio obre su milagro en nuestra vida. En tanto que todos podemos apreciar los pasos de la fe con que José Smith y sus discípulos caminaron desde Palmyra hasta la cárcel de Carthage y a través de las planicies, nunca debemos dejar de manifestar nuestro asombro reverente al contemplar el sendero que sólo el Maestro recorrió. Sus pasos fieles a Getsemaní y al Calvario nos rescataron a todos y abrieron el camino para que regresemos a nuestro hogar celestial.
No olvidemos que el Salvador es el Camino, y la Verdad, y la Vida, y no existe una mayor promesa que el saber que si somos fieles algún día nos veremos estrechados entre los brazos de Su amor (D&C 6:20).
El Gozo Que Llenará Nuestro Corazón Al Comprender El Significado Del Mayor De Los Rescates
En aquel momento, de pie en la misma colina desde la cual la compañía de Willie vio llegar a sus rescatadores, pude apreciar el gozo que llenará nuestro corazón cuando comprendamos plenamente el significado del mayor de los rescates, el rescate de la familia de Dios por el Señor Jesucristo. Porque es por medio de Él que tenemos la promesa de la vida eterna. Nuestra fe en el Señor Jesucristo es la fuente del poder espiritual que nos asegurará que nada debemos temer de la jornada. Yo sé que el Señor Jesucristo vive y que merced a nuestra fe invariable en Él, nos acompañará en nuestro viaje a través de la vida. Y lo testifico humildemente en el nombre de Jesucristo. Amén.



Muchos de los consejos que recibieron los pioneros para prepararse para la jornada, y que se registran en D. y C. 136, se aplican también a la jornada que nosotros realizamos. Los aliento a seguir el legado de fe que nos dejaron los pioneros y demostrarles de esa forma nuestra gratitud.


Éter 12
41  Y ahora quisiera exhortaros a buscar a este Jesús de quien han escrito los profetas y apóstoles,
a fin de que la gracia de Dios el Padre, y también del Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo,
que da testimonio de ellos, esté y permanezca en vosotros para siempre jamás. Amén.


Copyright © 2005 por Daniel Plata. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este texto se puede reproducir en forma o medio alguno para lucro comercial sin el previo consentimiento por escrito por parte del autor. Se pueden hacer copias digitales o impresas para distribuir en forma gratuita para uso personal y público sin uso comercial.